Muchas veces habrás oído hablar del ‘’blanqueamiento interno’’… ¿pero sabes de verdad en qué consiste? En el post de hoy trataremos de explicar las diferencias entre el blanqueamiento convencional y el interno.
El blanqueamiento interno se realiza en aquellos dientes desvitalizados (es decir, endodonciados) y que a lo largo del tiempo han ido presentando cambios en el color.
Se trata de un procedimiento que es muy común en dientes anteriores (incisivos que han sufrido traumatismos en el pasado) y que han necesitado realizar tratamiento de conductos viéndose modificado el color.
A diferencia del convencional, el blanqueamiento interno se realiza a través de las estructuras del diente, haciendo una pequeña apertura y preparando la zona de la cámara pulpar con materiales específicos, se coloca una sustancia que ayudará a blanquear el tono del diente progresivamente. Normalmente se utiliza un peróxido de hidrógeno altamente concentrado y un empaste provisional. Esto nos ayuda a ver el progreso y si es necesario se puede alargar el tratamiento hasta llegar al tono deseado.
La duración normal es entre 4 y 8 semanas, pero depende mucho del tono inicial y el esmalte de cada paciente. Después de llegar al tono que queremos, cambiamos el empaste provisional y procedemos a poner el definitivo.
A continuación os dejamos un caso en el que el incisivo central superior izquierdo presentaba una discromía con respecto al derecho. La paciente había fracturado este diente de niña y además del cambio de tono presentaba un empaste antiguo que después de realizar el blanqueamiento interno tuvimos que cambiar.